Noticia Ampliada
- 25/11/2024
- La Feria del Libro: ¿colección de moda o movimiento cultural?
Desde hace muchos años se desarrolla en nuestro país La Feria del Libro de Buenos Aires, sin embargo, es notable el hecho de que siempre es una novedad asistir a ella. Pese a que su fin es exclusivamente intelectual, descubrimos que muchas personas a
Encaminarse cada año al lugar donde se celebra la Feria se convierte en un momento único para deleitarse con una verdadera ciudad literaria, en donde anualmente se dan cita autores, editores, libreros, distribuidores, educadores, bibliotecarios, artistas, comunicadores y más de un millón de lectores de todo el mundo.Es la más grande de su tipo en el mundo de habla hispana. Ofrece una variada programación cultural, educativa y profesional, en la que participan destacados referentes de nuestro país y del exterior, en cada área.
En la antesala de su 37º edición, este evento enciende en la sociedad un debate acerca de su verdadero significado. Mientras algunos sostienen que la Feria del Libro es una moda que apunta a un hecho comercial, otros defienden este espacio en el que la promoción de la lectura cumple un rol importante, provoca, difunde, encuentra y se vuelve un lugar diferente, producto de las muchas y diferentes prácticas lectoras que ofrece.
Para Adela Basch, escritora especializada en literatura infantil y juvenil y directora de Ediciones Abran Cancha, www.abrancancha.com, la Feria es un movimiento cultural de gran importancia, incluso uno de los movimientos editoriales más relevantes de América. El mercado editorial se expande cada vez más afirma- y ese crecimiento repercute en el desarrollo del evento: aumenta la cantidad de visitas de profesionales nacionales e internacionales, la cantidad de expositores y la cantidad de público. No creo que el éxito de la Feria se relacione con una moda, sino más bien con la ampliación del campo editorial.
Constanza Brunet, directora de Marea Editorial, www.editorialmarea.com.ar, rescata a la Feria del Libro como un fenómeno cultural que se da en pocas partes del mundo. La masividad de la Feria implica que para muchas personas sea la única ocasión en el año en la que toman contacto con la cultura que gira alrededor de los libros: asisten a alguna conferencia a escuchar a un autor, se enteran de algunas novedades literarias, se contactan con libros clásicos a través de las ofertas y se permiten vivir la cultura lúdicamente por unos días
-sostiene- o sea la feria es un paseo, un parque de diversiones temático, al que se va en pareja, en familia, con amigos, donde hasta se puede "cazar" autógrafos y fotos con los autores.
Al respecto, Silvia Portorrico del Departamento de Programas de Promoción de Lectura de Fundación Leer, www.www.leer.org, destaca la importancia del evento y cuenta que cada año la entidad que representa está presente para difundir sus programas y dar a conocer al público especializado y no especializado las acciones que viene desarrollando en todo el país desde hace más de una década. La misión principal de la Fundación es aportar a la formación de una Argentina alfabetizada y lectora. Estar en la Feria es una oportunidad para dar a conocer nuestros proyectos y así, sumar más gente a nuestra causa.
En otra vereda, Walter Duer, periodista, escritor, creador del blog elviajaresunplacer.wordpress.com, relata que desde hace aproximadamente cinco años, el visitante de la Feria del Libro le da la misma sensación que el visitante del zoológico: va allí para ver algo que no ve habitualmente. No es un público lector asevera-, sino, en líneas generales, un grupo muy grande de personas que consideran al libro una verdadera rareza, digna de ser observada, precisamente, en una feria.
Son muchos y diversos los atractivos que presenta la Feria aunque uno de los principales radica en la concentración de la oferta editorial. El visitante puede encontrar todos los libros disponibles en el mercado en un solo lugar. La aparición de novedades también significa un punto fuerte de atracción.
Otro punto cautivador es el de poder estar frente a los escritores y artistas responsables de poner en tinta sus experiencias, sensaciones y pensamientos, que son, sin dudas, el nexo entre ellos y sus lectores.
Este año, toda la polémica alrededor del Vargas Llosa sí-Vargas Llosa no (referido a la invitación que se le hizo al escritor peruano de oficiar el discurso inaugural de la Feria) generó el ruido suficiente como para convocar a aquellos que opinan igual que Vargas Llosa y que quieren vivarlo, a aquellos que opinan lo contrario y quieren abuchearlo y a aquellos que no tienen ni idea de lo que opina pero que cuentan con el morbo suficiente como para ir a ver si sucede algo sostiene Duer. En líneas generales, los invitados principales suelen ser convocantes y la Feria en sí misma se convirtió en un gran espectáculo.
Guido Indij, director de La marca editora, www.lamarcaeditora.com, considera a la Feria del Libro como una movida comercial basada en el libro. Y el libro, en tanto bien cultural, es por supuesto portador de cultura, entre otras cosas. Alrededor del libro, -afirma- la Feria organiza y reúne actos culturales. Y por supuesto, está instalada en la agenda porteña, por lo que es también, parte de nuestra cultura. Evidentemente, la Feria del Libro no es una moda, una moda no dura 30 años. Pero ello no significa que sea un movimiento cultural.
Apta para todo público y una abundante oferta editorial
Son muchas las personas que esperan cada año la apertura de la exposición para disfrutar de lo que consideran una verdadera ciudad de libros, un catálogo nacional e internacional de industrias editoriales y una fiesta de la cultura.
El público que asiste suele ser variado y dentro de esa variación hay muchas formas de comportamiento. Hay público que compra y otro que no compra. Hay público que lee y otro que no lee. La Feria es un paseo ideal para los grupos escolares y también para las familias afirma la titular de Ediciones Abran Cancha.
En términos de concentración de la oferta y presentación del material, la Feria se acerca año a año al concepto de cultura para todos. Según Basch, es más sencillo para un no lector comprar en la Feria que entrar a una librería y elegir.
Para Duer, la exposición se presenta como una propuesta democrática e inclusiva si se entiende la "cultura" como un término extensivo, que abarca todas las manifestaciones culturales. Las últimas veces que la recorrí noté un público de lo más variopinto. Con excepción de una vez que la visité en horario de clases y estaba literalmente inundada de chicos de guardapolvo blanco.
Con respecto al volumen de ventas, Basch considera que por experiencia, en la Feria del Libro se vende más. Sí ocurre que durante el evento, en los puntos de venta que sostienen la comercialización el resto del año, disminuye la cantidad de ejemplares vendidos. Para Duer, por la Feria transita mucha gente que no se acerca a las librerías y que, por el solo hecho de estar allí, terminan adquiriendo algo. Por lo tanto, se venden libros que, de otra forma, no se venderían.
El sistema de funcionamiento de la feria tiende a concentrar al público y a las ventas en el área donde se agrupan los grandes grupos editoriales. Es el sector más caro, para el que además se necesita mayor antigüedad, y es allí donde es común ver a la gente agolparse, dice Brunet.
Según el director de La marca editora, en la Feria hay mucho lugar para los nuevos autores. Los nuevos autores, cuando son editados por editores que participan de la Feria, tienen allí una plataforma de lanzamiento. Aunque hoy los libros más exitosos son los que llevan la firma de un mediático.
Los escritores coinciden en destacar la calidad de la planificación y el desarrollo del evento. Aunque en un plano ideal preferirían que los costos de participación bajaran para que las editoriales más pequeñas pudieran participar o contar con un espacio mayor y darle también más lugar a los libros que aparecieron en los últimos años ya que mayormente se presentan las novedades de las casas editoras.
Para la directora de Marea Editorial, sería beneficioso facilitar la participación de los editores independientes, que son quienes aseguran una propuesta bibliodiversa. En su opinión, hoy las barreras de ingreso a la feria para nuevos editores son muy altas ya que además del elevado costo de participación, hay una cuestión de antigüedad que vuelve más costoso y difícil estar presente. También redistribuiría los stands por género o áreas de interés agrega-; eso beneficiaría a los lectores que encontrarían de manera más sencilla lo que buscan y evitaría la concentración tanto de público como de ventas en los sectores más caros y privilegiados. Las autoridades, tanto del gobierno nacional como de la ciudad, deberían tomar conciencia de que este es un fenómeno cultural de una envergadura lo suficientemente importante como para que intervengan apoyando a nuevas editoriales para achicar las asimetrías en cuanto a la oferta al público.
Indij también comparte la necesidad de un ordenamiento temático de los stands que permita organizar mejor los recorridos. Pero fundamentalmente defiende el lugar de los sellos editoriales más chicos. Sueño con un acceso más democrático de los editores a los espacios. Hoy los espacios son asignados por antigüedad y capacidad económica, lo que dificulta la participación exitosa de los proyectos más pequeños. Nada de esto es posible en tanto no surjan alternativas de espacios para albergar a los feriantes que compitan con el actual predio, que se lleva la parte del león.
En definitiva y como cada año, la ciudad de Buenos Aires se prepara para acoger en el marco de la Feria del Libro a visitantes de todo el mundo, desde sus vecinos más cercanos hasta los países más distantes del globo.
Y miles de personas ya agendaron este evento, un verdadero despliegue de cultura, diversión y consumo. Historial de noticias