Noticia Ampliada
- 19/01/2025
- DRA RODRIGUEZ ZIA: DEJAR DE FUMAR Y NO ENGORDAR CON LA MEDICINA BIOMOLECULAR
La medicina Biomolecular puede hacer mucho por las personas que dejan de fumar.
Uno de los peores momentos para el exfumador es cuando la nicotina se fue totalmente de la sangre y comienza a sentir la abstinencia de ésta. Se puede tener mucha irritabilidad, intolerancia y mal humor, también insomnio y cefaleas. Hay personas que llegan a tener dolor de pecho casi semejante al infarto, sensaciones de falta de aire, y por supuesto las ganas de volver imperiosamente a fumar. Tambien hay exceso de apetito, dificultades en la concentración y en la memoria. Todo está en relación a la cantidad de cigarrillos que dejó de fumar.La ayuda la necesita rápidamente o volverá a lo mismo.
La nicotina hace muchas cosas en el cuerpo humano, una de ellas es la de quemar calorías dado que la nicotina aumeta el metabolismo basal a traves del SNS (Sistema Nevioso Simpático, que es involuntario).
El que fuma tiene la necesidad del 10% mas de calorias para mantener su peso, a diferencia del que no fuma. O sea se sube de peso aunque no cambien ni la dieta ni la actividad física, dado que la nicotina le subía el gasto de energía. Los efectos del gasto metabólico del cigarrillo durante el día son de 140 a 200 Kcal/dia en los que fuman, en comparación al gasto cuando dejan de fumar, es decir que cuando deje de fumar podría, sólo por esto, ganar 1,5 kg. en 2 meses,
Por otro lado se modifica muchísimo la química cerebral con alteraciones de los neurotransmisores. El cigarrillo quita el apetito, inhibe el paladar, por lo que el fumador siente menos y diferentemente los gustos.
Es obvio que como consecuencia de dejar de fumar se aumente de peso. También hay una sustitución de los cigarrillos por alimento, el tiempo de tener un cigarrillo en la boca es el de tener luego un alimento. El cigarrillo es una gratificación oral que deja miles de toxinas.
La Medicina Biomolecular estudia la bioquímica cerebral y está demostrado que la serotonina está baja en todos los casos de ansiedad, compulsión, pánicos, adicciones y en muchos casos de depresiones. Una vez diagnosticado, se puede tratar esta parte de la química cerebral, siendo de gran ayuda para la recuperación del paciente adicto al tabaco.
Dra. María Alejandra Rodríguez Zía M.N: 70.787
Médica Clínica UBA / Endocrinología UBA
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