Noticia Ampliada
- 28/11/2024
- La nutrición infantil, un condicionante para el resto de la vida
Por Lic.Stella Maris Garcia de Kralj, Programar Proyectos Educativos, www.programareduca.com.ar
Si un niño está o no bien alimentado durante los primeros años de vida, puede tener un efecto profundo en su salud, así como en su capacidad de aprendizaje, en su comunicación y en su capacidad para razonar, socializarse afectivamente y adaptarse a nuevos ambientes y personas.Una buena alimentación es fundamental para el crecimiento y desarrollo sano del infante.
Si se tiene en cuenta que una sobrealimentación excesiva durante la infancia tiene una probabilidad del 60-80% de desarrollar obesidad en la adultez, es fundamental que se tomen las medidas preventivas necesarias para que un sobrepeso u obesidad en la infancia no se perpetúe en la vida adulta.
La alimentación adecuada, la selección de alimentos correctos y la actividad física son la base necesaria para un buen desarrollo físico, psíquico y social de los niños.
Una buena nutrición es la primera línea de defensa contra numerosas enfermedades infantiles que pueden dejar huellas de por vida; ella comienza con la lactancia materna. Un niño alimentado a pecho presenta:
Menor índice de obesidad en su etapa de adulto. Menor riesgo de alimentación excesiva. Mayor inmunidad. Reduce el riesgo de enfermedades alérgicas como el eccema y el asma. Aumenta el desarrollo intelectual del niño. Una nutrición adecuada y una buena salud están directamente relacionadas a través del tiempo de vida, pero la conexión es aún más vital durante la infancia. Es en este periodo donde los niños pueden adquirir buenos hábitos durante la comida en lo que se refiere a la variedad, al sabor y gusto.
Los efectos de la desnutrición en la primera infancia (0 a 8 años) pueden ser devastadores y para toda la vida; impidiendo el desarrollo conductual y cognitivo, el rendimiento escolar y la salud reproductiva, debilitando así la futura productividad en el trabajo y el correcto desarrollo del individuo adulto.
¿Influye lo que comemos de pequeños para que en la edad adulta seamos Diabéticos, alérgicos, padezcamos obesidad o tengamos caries?
Las teorías confirman que la alimentación bridada por nuestras madres y abuelas de alimentarnos correctamente cuando éramos niños parecen estar en lo cierto. Una correcta nutrición y alimentación durante el embarazo, la primera infancia y la infancia son factores claves que determina la salud en posteriores etapas de la vida.
Esto es lo que demuestran los últimos estudios científicos, que han determinado que la nutrición en la niñez fija el curso de una posterior salud física y desarrollo mental.
Para debatir sobre este tema se celebró el Simposio Internacional sobre Planificación nutricional, que tuvo lugar a finales de noviembre pasado en Barcelona. Organizado por una compañía especializada en nutrición infantil, el congreso reunió a más de 240 pediatras, gastroenterólogos pediátricos, nutricionistas e investigadores procedentes de 21 países diferentes que dieron a conocer algunas de las pautas de la nutrición actual infantil.
El concepto general se basa en que un niño bien alimentado será un niño feliz y un adulto sano. (Dr. Tomo Gastroenterólogo pediátrico Barcelona).
Planificación nutricional
Este nuevo concepto, fruto de los últimos avances científicos, hace referencia a la cantidad y variedad de nutrientes que han de recibir los niños para conseguir un correcto desarrollo y un adecuado crecimiento hasta llegar a su etapa de adultez.
Sobre este tema, el enfoque de los científicos nutricionistas ha cambiado radicalmente, ya que anteriormente la alimentación se centraba en las necesidades nutricionales, ahora el interés radica en los efectos biológicos que la nutrición tiene en la salud durante toda la vida.
El momento mas importante a tener en cuenta es luego de la lactancia materna cuando se comienza con la alimentación complementaria, en este periodo comienza la multiplicación neuronal y el desarrollo del sistema nervioso central, de allí que dietas pobres en grasas y lácteos producen una disminución del correcto desarrollo.
Tales importantes aspectos aparecen para prevenir algunos malos hábitos que están surgiendo en los últimos años. Las costumbres de las madres de hoy en día han cambiado y ello se traspasa directamente a la alimentación de sus hijos traducido en un menor consumo de legumbres y verduras en beneficio de la comida rápida.
Tampoco se bebe tanta leche; la ingesta de lácteos disminuye luego del biberón y ello perjudica seriamente al crecimiento del niño.
Alergias alimentarias
Uno de los temas en que se centró el simposio fue el aumento considerable de enfermedades alérgicas en niños durante los últimos 20 años. Los profesionales destacan que la prevención de las alergias son imprescindibles.
Para ello es vital la lactancia materna durante los primeros cuatro o seis meses o el uso de fórmulas hipoalérgicas (HA) si la madre no amamanta. Dichas fórmulas contienen una proteína especial, fácil de digerir y tolerada por el sistema inmune del bebé y que ha demostrado reducir sensiblemente el desarrollo de alergias. Es de vital importancia el desarrollo del sistema inmune durante los primeros meses de vida.
Si su hijo ha sido diagnosticado con una alergia alimenticia, ciertamente no está solo. El 5 % de los niños menores de 3 años de edad son alérgicos a uno o más alimentos y en general el pronóstico es favorable.
Si la mama es alérgica habrá un 50% de probabilidades que el bebé también lo sea. Y si además el papa es alérgico las posibilidades serán de un 75%.
Hay algunos alimentos más alergenos que otros. En los bebés y niños las alergias más comunes se producen por la ingesta de: huevo, leche vacuna, maní, pescados, mariscos, soja, nueces, trigo en harinas y cereales precocidos y chocolate. Con respecto a los aditivos de los alimentos como colorantes, espesantes y preservantes, se los trata de evitar a pesar de no estar definido si causan o no alergia.
La mejor estrategia es la de educarse uno mismo y hacer lo propio con familiares y amigos sobre qué alimentos evitar y qué preguntas hacer acerca de los ingredientes. Si su doctor le receta algún medicamento, tal como antihistamina o epinefrina, es importante asegurarse de saber cómo y cuándo usarlos.
La obesidad, una problemática actual epidemia del siglo XXI
La preocupación ante el aumento de casos de obesidad infantil ha despertado la alarma de pediatras, padres y profesionales del sector en general. La obesidad constituye un problema de salud pública y es uno de los padecimientos epidémicos de los países desarrollados o en vías de desarrollo, en los últimos años por imitación y consumo de alimentos con alto valor energético. En los países en desarrollo la población más afectada es la de clase media y dentro de ella los niños en la primera infancia y en edad escolar. Un niño sobrealimentado que come mucho durante los primeros meses de vida arrastrará el peligro de padecer más fácilmente obesidad y diabetes tipo 2 el día de mañana. Un adolescente obeso será obeso toda su vida. Casi el 3-4% de los niños en edad escolar son obesos y esta cifra crecerá si no se educa o mejora los hábitos de alimentación y vida.
Por ello es importante insistir en que los niños alimentados por lactancia materna tienden a ser más delgados que los alimentados con leche de fórmula a los 12 meses de edad.
Otro de los aspectos importantes a tener en cuanta es el aporte de hierro la deficiencia de hierro perjudica a largo plazo el desarrollo intelectual del niño. La única forma de asegurar que se toma una cantidad suficiente de este mineral es la alimentación con una fórmula continuada o leche de crecimiento adicionada hasta los 24 meses y luego durante el periodo complementario la elección de alimentos que posean este mineral (carnes rojas, hígado, lentejas, yema de huevo y algunos vegetales verdes) y de acido fólico presente en los otros alimentos que componen la dieta.
La adecuada introducción de alimentos diferentes de la leche materna luego de los seis meses de edad es indispensable para prevenir la obesidad La recomendación es:
Comenzar con un solo alimento; ofrecerlo por dos o tres días seguidos para conocer si hay tolerancia. No mezclar alimentos. No forzar su aceptación, buscar el de mejor aceptabilidad.
Ofrecer primero los alimentos sólidos y después los líquidos. Incrementar progresivamente la cantidad ofrecida. Promover el consumo de alimentos naturales. Prepararlos sin la adición de condimentos y especies. Ofrecer alimentos en textura adecuada para la edad, primero papillas, seguidas de picados y trozos.
Es importante saber que la alimentación es en un hábito por lo que deberá adaptarse al horario, orden y al menú familiar; estas pequeñas pautas lo que favorecerán en la socialización y aprendizaje.
Debe desaparecer la idea o creencia de que la "gordura" en los niños es sinónimo de salud, o que con la edad reducirán de peso. La obesidad adquirida en esta etapa de la vida lo acompañara toda la vida, para ello es importante adquirir buenos hábitos alimentarios. Esto se logra modificando los hábitos nutricionales de la familia, principalmente en los padres y familia cercana (abuelos, tíos) quienes a pesar de no ser obesos deben vigilar estrechamente la alimentación de sus hijos y limitar el consumo exagerado de alimentos. Ya que compartir los alimentos constituye una actividad social y trascendente en la relación familia, esta oportunidad debe aprovecharse para prevenir la obesidad infantil y evitar llegar al tratamiento que es muy complejo y prolongado.
El simple hecho de compartir una mesa durante la alimentación del niño, poner límites y compartir los alimentos en familia, favorece el instituir buenos hábitos.
El mundo del sabor
La experiencia durante las primeras etapas de la alimentación influye en la posterior preferencia por ciertos sabores. El conocimiento del mundo sensorial de los niños en relación con los sabores ha aumentado sustancialmente durante las pasadas décadas.
Un descubrimiento en la investigación de sabores mostró que el dulce y las propiedades de textura de la leche materna, tales como la viscosidad y el efecto untuoso en la boca, varían de madre a madre.
Como ejemplo de esta influencia, se señala que al bebé al que le dan sacarosa en los primeros años de vida, se habitúa a los gustos dulces y en el futuro será una persona con mayor ingesta de cosas dulces.
El bebe registra los sabores intrautero.
Si bien cada niño es diferente y tiene sus propios gustos estos estarán basados en sabores registrados dentro del vientre materno; pero también debemos respetar que haya un alimento que no le guste, pero no se puede permitir que abandone una familia de alimentos o bien un alimento básico para su desarrollo. Ante esto lo más importante es saber sustituir un alimento por otro de las mismas características nutritivas.
La ingesta de azucares traerá niños con mayor prevalencia a las caries de allí que algunos hábitos deberán olvidarse por completo:
Chupete con azúcar
Chupete con líquidos dulces como gaseosas o miel. Suplementar las leches con azúcar (estas ya poseen azúcar). Jugos de frutas artificiales
Las consecuencias de la malnutrición son especialmente severas si esta se produce en edades muy tempranas. Es importante tener en cuenta tanto la provisión de nutrientes para un adecuado crecimiento y desarrollo, como también para iniciar la prevención de trastornos en la adultez. La enseñanza de una correcta alimentación desde la niñez, y la introducción del movimiento (actividad física programada) con el transcurso del tiempo genera hábitos alimentarios que acompañan al individuo durante toda la vida.
Recordemos:
Un niño sano es un adulto feliz Historial de noticias