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Noticia Ampliada

  • 27/11/2024
  • Cómo acercar a los chicos a la lectura

Por Marcela Sisto, Coordinadora Pedagógica de Fundación Leer.

En la actualidad se sabe, a través de diversas investigaciones, que los niños comienzan a construir conocimientos sobre la lengua escrita en los primeros momentos de la vida, desde que nacen. Por eso, no hay una edad para motivar el encuentro entre los chicos y la lectura.
Desde que son bebés, los libros no sólo son un complemento intelectual, sino que son herramientas que permiten ejercitar lo atencional y lo motriz. Ayudan a trabajar la coordinación psicomotora, el desarrollo el área intelectual y, sobre todo, nos permite acercarnos al otro, tener un encuentro de afecto.

A veces, el problema de los padres es que no saben qué elegir para sus hijos. Hay distintas variables a tener en cuenta. Por empezar, hay que optar por un libro que tenga que ver con el placer y la distracción y que, además, esté acorde a los intereses de cada niño.
Más allá de los intereses característicos de cada etapa de la niñez, hay que estar atento a qué le gusta particularmente a ese chico. A algunos le divierten los autos, a otros los dinosaurios, otros prefieren las historias fantásticas, las de príncipes y princesas, etc.

La lectura ayuda a desarrollar mecanismos complejos en el cerebro como la comprensión, la anticipación, la predicción. Entran en juego muchas habilidades que se necesitan para la inserción en nuestra sociedad. La lectura permite entender distintos mundos y desarrollar una actitud de empatía hacia el conocimiento del otro, enseña sobre muchas ciencias y también otorga un pensamiento crítico. Y leer con los chicos (leerles) es fundamental, por muchos motivos.

En primer lugar, ayuda a desarrollar el vocabulario. Los niños aprenden el significado de las palabras al escucharlas en el contexto.

Además, a través de las historias, se incorpora paulatinamente la correcta construcción de las oraciones. La manera más fácil de aprender la sintaxis de cualquier idioma es escucharlo y usarlo continuamente.

Está demostrado que aquellos niños a quienes se les ha leído, están más motivados a leer. Asimismo, las oportunidades de acceso a situaciones de lectura determinan la pronunciación correcta, el significado y uso de los signos de puntuación (indicando la expresión), y los diferentes estilos usados en la lectura de papá y de mamá quedan más claros por medio de la lectura en voz alta.

Cómo motivar la lectura
Aquí van algunas ideas prácticas y divertidas para integrar la lectura en la vida familiar y comenzar el año escolar con entusiasmo y ganas de leer. Estas premisas ayudarán a los padres y a los adultos en general, a promover en los niños y en los jóvenes el hábito de la lectura:

- Compartir: Es importante que los padres lean en presencia de sus hijos y compartan la lectura con ellos, por la noche, antes de dormir, a la hora de la siesta, los fines de semana. Disponga de un rato cada día en que usted y sus hijos se dediquen a la lectura. Por ejemplo, antes de acostarse. También pueden aprovechar otras situaciones cotidianas. Su hijo puede leerle mientras usted lava los platos de la cena o usted puede leer el periódico cuando su niño toma el desayuno. Aunque sean solamente quince minutos por día, es valioso disponer de estos momentos.

- Biblioteca para todos: Los libros deben estar al alcance de los chicos, tener calidad en la historia y en la presentación, sólo así se volverán cercanos y accesibles. Ayude a sus hijos a crear su propia biblioteca personal. Seleccionen un espacio en la casa, y un lugar donde disponer los libros, puede ser un baúl, un estante especial para los libros, una mesa baja, un canasto entre otras posibilidades. De a poco, incorporen nuevos libros a la colección, ya sea obteniendo libros usados, prestados, comprándolos para ocasiones especiales como los cumpleaños y otras celebraciones.

- Conocer sus intereses: Antes de regalar un libro a un chico o proponerle leer, es muy importante interiorizarse acerca de los intereses y deseos de ese niño respecto de la lectura. No hay por qué descartar a las lecturas que tienen por protagonistas a personajes de películas Una buena historia sobre el mismo personaje de la TV o del cine, será la ocasión para mostrar a los niños que las páginas de un libro “tienen muchas más pulgadas”. Es fundamental permitirles elegir libremente qué desean leer. Es importante ofrecer a los chicos material diverso y adecuado a su edad. Los criterios se establecen luego de haber incursionado distintas temáticas, autores y estilos.

-Usar el ingenio: proponerles la lectura de libros basados en películas. O ver películas basadas en obras literarias. Llevar libros para entretenerse cuando tengan que hacer una cola o esperar.
Proponerles compartir la lectura de libros que se relacionen con paseos o actividades que realizarán, por ejemplo: libros sobre dinosaurios luego de visitar un museo sobre este tema; libros sobre la naturaleza luego de realizar una visita al campo.

Cómo elegir el libro adecuado
Dentro de la variada oferta de libros infantiles que hay hoy en el mercado, ¿qué elegimos? En este punto conviene tener en cuenta algunas cuestiones:

La calidad literaria: existen distintos criterios para seleccionar libros para niños, sin embargo, nunca debe dejarse de lado el relacionado con la calidad literaria. Ahora bien, cualquier persona no experta en el tema puede preguntarse cómo se reconoce esa calidad.
La respuesta es sencilla: un buen libro para niños debe resultar divertido, emocionante, atrapante, interesante o conmovedor para cualquier adulto. Si un adulto puede disfrutar de un libro, aunque esté destinado a niños de dos años, seguramente le gustará también al pequeño. Si es un texto narrativo, debe contar una buena historia, tener suspenso o generar ganas de seguir leyendo. Si es un poema o una canción, debe atender a la musicalidad. En todos los casos, debe combinar de manera sorprendente o especial las palabras que usamos todos los días. El texto tiene que poder conmover al lector en algún sentido: provocar risa, tristeza, nostalgia, miedo, ganas de vivir algo igual. El texto tiene que mostrarnos de algún modo nuestra propia realidad, aunque haga referencia a un mundo lejano. Los personajes deben poder revelarnos alguna faceta del ser humano, para poder reflexionar sobre ella.

Las imágenes: otro aspecto importante en esta selección es el que se relaciona con la calidad de las imágenes y de la edición. En los primeros años de vida, los niños ven a los libros como una clase especial de juguetes y, al igual que éstos, deben ser visualmente atractivos. Las imágenes deben permitir reconocer con claridad los rasgos de los objetos, especialmente en los libros destinados a los más pequeños, es decir, deben ser claras y legibles. A medida que los niños crecen, se les pueden ofrecer ilustraciones más complejas y abstractas. Las imágenes no deben ser una mera copia de la realidad.
Como todas las obras de arte, deben ser sugerentes y facilitar un despliegue de miradas. En otras palabras, debe observarse que las ilustraciones no sean estereotipadas o excesivamente realistas, sino ofrecer una visión del artista. Las ilustraciones deben ser sorprendentes. La televisión suele crear en los niños un acostumbramiento al mundo de la imagen. Por eso, las que aparecen en los libros deben poder sorprenderlo en algún punto, tener la capacidad de mostrarle otros puntos de vista, generar un extrañamiento.

La variedad: otra cuestión a tener en cuenta a la hora de seleccionar libros para niños es la de la variedad. Los niños se encuentran en pleno proceso de aprendizaje y crecimiento, por lo que necesitan conocer distintas formas, usos y funciones del lenguaje y de los libros. Esto les permitirá diferenciarlos e ir formando criterios propios para elegir los que más le gustan. La variedad permite también desarrollar el gusto por la lectura. Es posible que muchos niños digan que no les gusta leer por el simple hecho de que no se han encontrado aún con un libro que les cause alguna emoción. Una buena selección de libros para niños debe incluir: cuentos, novelas, poemas, canciones, chistes, biografías, experimentos, informaciones sobre temas diversos, historietas, leyendas, enigmas, juegos, instrucciones. A su vez, los textos literarios deben contemplar variadas temáticas: amor, humor, fantasía, terror, ciencia ficción, conflictos humanos, misterio y otros que a los chicos los motiven.

Además, hay que tener en cuenta que uno puede elegir un libro que desde la editorial esté recomendado para tal edad. Pero si un chico lee mucho y está avanzado, puede resultarle aburrido. En cambio, para aquel que nunca tocó un libro más que para ir a la escuela, puede resultarle tedioso.

Como conclusión, podemos decir que ofrecerle buen material, respetar las elecciones del pequeño lector, escucharlo cuando desee compartir “hasta qué página llegó” y leerle, rendirá mejores y mayores frutos que obligarlo a leer.

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