Por la Dra. Natalia Nastri, Asesora Odontológica de Laboratorios Bernabó, www.odontobernabo.com.ar, odontobernabo@laboratoriosbernabo.com

La caries es una de las enfermedades infecciosas más difundidas en todo el mundo. Para que ésta se produzca es necesario que co-existan varios factores al mismo tiempo:

- Diente susceptible: dientes con una resistencia disminuida.
- La presencia de microorganismos con potencial cariogénico, lo cuál es favorecido por una inadecuada higiene bucal.
-Dieta rica en azúcares.
-Tiempo de interacción entre estos factores: si durante muchas horas no se realiza la higiene dental, se favorece la combinación de todos estos aspectos y se potencia la aparición de caries.

Si la caries no es tratada a tiempo, el odontólogo deberá realizar un tratamiento más extenso y en algunos casos podría llegar a tener que extraer la pieza dental.
Hay una cantidad de medidas preventivas de fácil aplicación que pueden ayudar a prevenir las caries, y el odontólogo podrá asesorar si es necesario adoptar otras precauciones en cada caso.

1. Cepillarse los dientes en forma correcta después de cada comida.
El odontólogo es el profesional autorizado para enseñar la técnica adecuada para su paciente. Esto resulta fundamental porque un correcto cepillado sirve para desorganizar y remover el biofilm de placa dental (acumulación de microorganismos que se depositan sobre los dientes) y los restos de alimentos de todas las superficies dentarias. La mala higiene es un eslabón muy importante en la cadena de la caries dental.
El cepillo debe ser el adecuado a la edad del paciente. Como características generales, la debe tener un cabezal pequeño, un mango que permita ser sujetado con firmeza y cerdas suaves, ya que cepillos con cerdas duras resultan ser muy abrasivos (y pueden desgastar el esmalte dental). Cuando el cepillo muestre signos de desgaste - es decir, cuando tiene sus cerdas abiertas - debe ser reemplazado, ya que no limpia los dientes eficazmente. Se recomienda cambiarlo cada tres meses.

2. Utilizar hilo dental u otros elementos interdentales que ayuden a eliminar restos de alimentos en lugares donde el cepillo no tiene buena llegada. El odontólogo puede indicar qué elemento es más adecuado a las necesidades de la boca de cada paciente.

3. Utilizar pastas y colutorios con Flúor, es uno de los tratamientos más eficaces para prevenir caries. El flúor es un elemento químico presente en la naturaleza que puede aumentar la resistencia del esmalte, remineralizar las lesiones incipientes, e inhibir la acción de los microorganismos responsables de la caries.

Para qué sirve el colutorio y como utilizarlo.
Los colutorios con flúor (son un líquido para realizar enjuague bucal) son de uso frecuente en odontología, tanto en niños como en adultos. Su uso es muy sencillo y rápido.
Hay dos tipos de colutorios: aquellos que se pueden utilizar en forma diaria que contienen flúor al 0,05 %, o los que se utilizan en forma semanal que tienen flúor al 0,2%. En caso de utilizar este último, lo ideal es hacerlo siempre el mismo día de la semana como un recordatorio sencillo de cuándo se lo debe usar.
El colutorio no debe tragarse y por eso no se recomienda su uso en menores de 6 años, ya que podrían ingerir una dosis superior a la óptima.
Lo ideal es con una medida de una cucharada sopera sin diluir - por ejemplo-, realizar un buche enérgico (durante 1 minuto), salivar y no tragarlo.

El uso diario de pastas dentífricas con flúor, combinado con una correcta técnica de cepillado, es un método básico en el programa de prevención de caries. Los dentífricos, en la actualidad han expandido notablemente sus funciones y hoy ofrecen no sólo la limpieza de las superficies dentales sino que también una disminución de la incidencia de caries dental, la promoción de la salud gingival y además, brindan una sensación de frescura, limpieza y control de la halitosis (mal aliento de origen bucal).

4. Reducir la cantidad de alimentos dulces y golosinas, especialmente entre las comidas. La importancia de una correcta salud bucal comienza en casa y se extiende a los primeros años de la escuela.
Después será el odontopediatra quién irá guiando al niño durante el crecimiento para mejorar la técnica.
Es muy importante disminuir la frecuencia de exposición a azúcares, evitar alimentos que se “peguen” a los dientes (como los caramelos blandos, etc.), porque permanecen en forma prolongada en las superficies masticatorias. Lo ideal es promover la ingesta de alimentos ricos en fibra (manzanas, zanahorias, etc), leche y verduras: una dieta rica en proteínas y minerales.

5. Visitar al odontólogo cada 6 meses.
Esto es muy importante para realizar un control general del estado bucal y además para tener una guía respecto a las medidas preventivas más convenientes.

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