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Noticia Ampliada

  • 24/11/2024
  • EEUU vino a estudiar el caso de El Castillo Hotel Resort Spa, un hotel que rompió los moldes

Estudiantes y docentes de The Lally School of Management and Technology, una de las escuelas de negocios más importantes de Nueva York, viajaron a Córdoba para conocer el caso de El Castillo como parte de su posgrado

En Estados Unidos quieren entender cómo se hace en Argentina para llevar adelante negocios sin planificación, sin recursos, con creatividad y con mucha inflación. Por eso, un grupo de 13 alumnos, un profesor y un vicedecano de The Lally School of Management and Technology, la escuela de negocios de Rensselaer Polytechnic Institute (RPI), de Nueva York, se hospedó la semana última en El Castillo Hotel Resort Spa, de Córdoba, para analizar el ejemplo de este hotel que se gestó durante la peor crisis económica de la Argentina (2001) y hoy ofrece un producto innovador a nivel mundial.
Las clases principales estuvieron a cargo de Jonathan Story, profesor emérito de Política Económica Internacional en INSEAD, Francia, y en IMD, Suiza. Esta última, considerada la mejor universidad de negocios de Europa. Fabián Fábrega, director de El Castillo Hotel Resort Spa y ex alumno de RPI, dio seminarios teóricos relacionados con el caso del hotel y charlas sobre las experiencias culturales argentinas como el tango, la gastronomía y las costumbres criollas.
Para Jonathan Story el caso de El Castillo es comparable con la experiencia de Cirque du Soleil. “Los dos tienen un concepto muy original –dijo-, sacaron algunas cosas, pusieron otras y demostraron que se puede ser original haciendo algo tradicional. El motivo por el que el circo decidió sacar los animales fue porque los elefantes comían demasiado… y el resultado fue asombroso. Y el motivo por el cual estos jóvenes combinaron un centro de capacitación con un hotel fue para ofrecer experiencias de aprendizaje a empresas y familias, en vez de un producto de alojamiento tradicional. Ellos están haciendo una verdadera revolución”.
Un concepto nuevo
El Castillo Hotel Resort Spa surgió con un concepto innovador dentro del tradicional mercado de hotelería argentino. Porque, además de brindar un servicio de hotelería all inclusive, ofrece experiencias de aprendizaje: los empresarios y las compañías que contratan sus seminarios aprenden a mejorar sus capacidades personales y sus roles dentro de los grupo de trabajo y las familias que se hospedan durante sus vacaciones combinan esparcimiento con actividades recreativas como baile, arte, deportes y música.
Los académicos miran la experiencia de El Castillo como un caso de análisis empresarial único a nivel mundial y publicarán un paper académico al respecto. Ellos viajaron a Sudamérica como parte de un Executive MBA para analizar estrategias de política económica global con foco en Sudamérica, especialmente en Brasil y Argentina. Entre el alumnado hubo ejecutivos con cargos en empresas líderes como IBM o General Electric.
Durante tres días, los estudiantes y sus docentes convirtieron los siete mil metros cuadrados del edificio de aires medievales y las cuatro hectáreas de parque con vista a las sierras del Valle de Punilla en un aula cosmopolita. La consigna fue analizar cómo la familia Fábrega logro liderar con éxito un proyecto vanguardista a nivel mundial.
“Nuestro objetivo es aprender tanto como sea posible qué significa hacer negocios en Argentina y Brasil. Hay puntos en los negocios que son iguales en todo el mundo. Pero los contextos en los que nos desenvolvemos varían mucho y, como personas de negocios internacionales, tenemos que desarrollar las habilidades necesarias para adaptar las políticas de nuestras compañías a las condiciones locales. Si viene alguien de Estados Unidos a hacer negocios acá y no conoce las diferencias culturales, va a fallar”, dijo Ricky Thibodeau, vicedecano de The Lally School of Management and Technology.
Como parte de sus programas de estudios, los alumnos de The Lally School suelen viajar a mercados emergentes como India, China o Latinoamérica. Esta vez, el contingente viajó primero a San Pablo y luego se hospedó en Córdoba. Amanecieron en habitaciones de época, se alimentaron con comida orgánica regional, tomaron clases en los mismos salones que usan los ejecutivos argentinos cuando toman alguno de los seminarios de capacitación que ofrece el equipo directivo de El Castillo y también tuvieron oportunidad de conocer las costumbres de los ejecutivos argentinos: montaron a caballo, jugaron al golf en las sierras y tuvieron su show de tango.
“Sudamérica es un lugar único –opinó Arup De, uno de los alumnos que participó del viaje, un médico graduado un Harvard- es parecido a muchos lugares pero diferente a todos. Se parece un poco a Europa, pero no es; tiene cosas en común con India pero definitivamente no es lo mismo. Me sorprende que acá todo se haga de una manera muy distinta a la que estamos acostumbrados en Estados Unidos. No se tiene en cuenta la planificación que se enseña en las universidades norteamericanas; si alguien tiene una idea, la concreta”.
La visión de los catedráticos fue extremadamente lúcida por haber estado pocos días en Argentina. En sus conclusiones, dijeron que es un destino interesante para hacer negocios, aunque pusieron en duda el nivel de confianza que se puede tener en la protección legal, destacaron la importancia de defender la calidad para evitar falsificaciones, pusieron en letras rojas la palabra inflación y decididamente rescataron el grado de pasión, flexibilidad, adaptación a los cambios bruscos y exigencia que tiene la gente de negocios en Argentina.
Al final de su experiencia en Sudamérica, los alumnos elaboraron planes de negocios para Argentina y Brasil que fueron analizados por un panel de expertos integrado por María Laura Scaramuzza (Apex-Sykes), Natalia Bartolomei (Apex-Sykes), Julio Kupferman (Neverland), Alejandro Gómez (Neverland), Santiago del Sel (consultor), Juan José Ezama (consultor), Miguel Harutiunian (Edelflex) y Enrique Duhau (empresario).
Sobre El Castillo Hotel Resort Spa
El Castillo funciona como un hotel all inclusive que brinda experiencias de aprendizaje. Durante nueve meses al año ofrece diagnósticos científicos para mejorar el funcionamiento de las empresas, los meses restantes recibe familias de turistas a las que les ofrece programas de esparcimiento y recreación que incluyen clases de tenis, música, baile, yoga y pintura, entre otras. En los dos casos, “no sólo se desarrollan las capacidades intelectuales de los participantes, sino también las artísticas y deportivas”, dice Fabián Fábrega.
Desde enero de 2005 –cuando abrió las puertas con esta gestión– en El Castillo no hay un freezer ni un televisor. Los huéspedes disponen de tecnología de punta, pero desde un enfoque diferente. Hay, también, planes ambiciosos en marcha, como el Salón Feudal: un espacio para reuniones de ejecutivos que se iluminará con luz natural mediante espejos ópticos y en verano se enfriará por medio de un sistema que hará circular agua de la piscina por debajo del piso.
Fabián Fábrega tiene 30 años y un currículum impactante: él y su hermano Edgardo, que es un año mayor y estudió Ingeniería, viajaron a Estados Unidos becados como investigadores en el Molecular Medicine Department del Wadsworth Center, del Departamento de Salud de Nueva York. Cuando terminó su proyecto de investigación –que trataba sobre genes del estrés–, y después de realizar estudios en la State University of New York, fueron becados en el Rensselaer Polytechnic Institute. Fabián cursó ahí su posgrado (antes había estudiado un EMBA en la Universidad Di Tella). Cuando terminaron en RPI, volvieron y se instalaron en El Castillo con madre, padre y hermana –contadora, médico y Lic. en Economía, respectivamente.
“Lo compramos para trabajar en familia, en medio de la crisis más grande del país. Era un destino turístico empobrecido y el edificio era paredes y ruinas. Lo más valioso en un proyecto vanguardista son los honorarios de quienes lo diseñan y en este caso fuimos mis hermanos y yo, que no cobramos por eso”, dice Fabián.

En la dirección del hotel, cada miembro de la familia tiene un rol. Fabián diseñó el producto y hoy dirige el proyecto comercial. Adriana –que además de economista es artista plástica– está a cargo de las operaciones y la decoración. Edgardo diseñó la restauración y es director de Proyectos. La madre se ocupa de la auditoría contable y financiera y el padre, de las relaciones institucionales.
“Siempre empleamos mano de obra local. La mayoría de los actuales empleados del hotel eran albañiles, pintores, constructores que crecieron con nosotros en el proyecto. El chef, por ejemplo, entró de ayudante de pintor de persianas y se acaba de recibir de profesional gastronómico”, cuenta Fabián.

Durante un viaje de Fabián a Nueva York, en una visita a RPI, el decano de la universidad le propuso a analizar El Castillo como un caso de estudio. “Entornos problemáticos existen en todo el mundo, lo que les impresiona es el hecho de poder ser creativos y lograr algo único en un contexto adverso, sin crédito o con pocas opciones de planificación, y que eso funcione”, dice Fabián. Por eso, él y otros estudiantes se reunieron para buscar respuestas y paralelos entre la historia de El Castillo y la economía argentina.

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