Noticia Ampliada
- 26/11/2024
- Fundación Leer - Para amar la lectura: los adultos como mediadores
Indicados para padres y educadores.
Fundación Leer, la entidad líder desde la actividad privada en la formación del hábito lector, ha preparado una serie de recomendaciones para incentivar la lectura y promover la alfabetización de niños y jóvenes. Aquí un análisis del aporte adulto para la creación de amor por los libros.Para amar la lectura: los adultos como mediadores Por Por Marcela Sisto, Docente y licenciada en Ciencias de la Educación. Integrante del equipo de Fundación Leer.
Hay quienes piensan que una vez que los niños aprenden a decodificar un texto, los adultos ya poco tenemos que hacer en este proceso lector. Ya no necesitamos leerles, ahora pueden hacerlo solos, piensan muchos.
Sin embargo, cuando los niños comienzan a dar sus primeros pasos en la lectura, la figura de un adulto mediador adquiere una importancia central. La familia, los docentes, los bibliotecarios, cumplen un rol fundamental: son los modelos lectores, son quienes en gran medida van a determinar la relación entre la lectura y los niños.
Un libro es una puerta de entrada a mundos mágicos, desconocidos, a situaciones vividas o deseadas... Es la puerta de entrada al conocimiento, a la información, a la imaginación... Son puertas que alguien un día nos abrió y que nunca se van a volver a cerrar, porque detrás de cada lector hay una historia que explica cómo ese libro llegó a sus manos. Yo lo recuerdo y me imagino que ustedes también.
Son generalmente situaciones cargadas de afecto: el regalo de sus padres, el reconocimiento de un amigo, la elección de un docente, la recomendación de un compañero o la intervención de un bibliotecario que orientó la elección, despertó el amor por la lectura y marcó, seguramente su recorrido como lector.
Acerca de los mediadores
¿De qué hablamos cuando hablamos de mediador? En Fundación Leer pensamos en aquellas personas que...
se han sentido ellas mismas conmovidas y enriquecidas al escuchar o leer una historia y desean que otros también puedan vivir esta experiencia; se atreven a leer con los niños libros con personajes buenos y malos, felices y tristes, familiares y lejanos; se dan tiempo para transitar con serenidad las ilustraciones de los libros, las preguntas fáciles y las difíciles, los suspiros, las lágrimas y las carcajadas; reservan momentos libres de apuros y condicionamientos para dejar que en el diálogo salgan a la superficie, se entrelacen y se enriquezcan las particulares miradas y vivencias de cada lector; se aventuran a conocer y aprender sobre el mundo de los libros para seleccionar aquellos que conmoverán a sus niños; sienten entusiasmo y dan rienda suelta a su creatividad para crear ellos mismos espacios y situaciones que tienten e inviten a disfrutar de la lectura; no dudan en pedir ayuda, insistir y golpear puertas para que sus niños cuenten con atractivos espacios de lectura, con buenos libros y adultos que los acompañen; brindan variadas oportunidades para que los niños exploren los libros, están atentos a sus gustos, sin imponer los propios; actúan movidos por la convicción de que el dominio de la lectura y de la escritura es clave para desenvolverse con autonomía y libertad en nuestra sociedad.
En resumen, un adulto que manifiesta entusiasmo por la lectura, que disfruta de los momentos de lectura compartido con los niños, que respeta los tiempos de cada uno y busca en forma permanente estrategias para que los nuevos lectores tengan repetidas oportunidades para acercarse a los libros, a la lectura compartida.
Un adulto que descubrió que la lectura es un placer y que puede acompañar a niños y no tan niños a reconocer una oportunidad única, una puerta abierta a la imaginación y a un mundo inagotable por descubrir: UN LIBRO.
Como afirma Michèle Petit (...) El iniciador a los libros es aquel o aquella que puede legitimar un deseo de leer no bien afianzado. Aquel o aquella que ayuda a traspasar umbrales, en diferentes momentos del recorrido. Ya sea profesional o voluntario, es también aquel o aquella que acompaña al lector en ese momento a menudo tan difícil, la elección del libro. Aquel que brinda una oportunidad de hacer hallazgos, dándoles movilidad a los acervos y ofreciendo consejos eventuales, sin deslizarse hacia una mediación de tipo pedagógico.
La misión de Fundación Leer es incentivar la lectura y promover la alfabetización de niños y jóvenes de la Argentina, generando un impacto duradero y positivo en su desarrollo personal que facilite su inserción plena en la sociedad.
Fundación Leer (www.leer.org.ar) nació en 1997 con el objeto de contribuir, desde el sector privado, a la formación del hábito lector, aspecto fundamental del proceso educativo y factor indispensable para la inserción activa en la sociedad. Para lograr su objetivo, Fundación Leer firmó un acuerdo de licencia con Reading Is Fundamental, Inc. (RIF) de los Estados Unidos. De esta manera, logró operar sus programas en nuestro país. Argentina es el segundo país del mundo, y el primero entre los de habla hispana, en obtener una licencia de RIF. También se ha integrado a la Asociación Internacional Paso a Paso. Hoy implementa asimismo programas de desarrollo propio y en alianza con otras instituciones.Fundación Leer desarrolla sus programas a nivel nacional, reteniendo una mirada local. El trabajo busca fortalecer a las instituciones y a las redes comunitarias conformadas para que puedan diseñar y desarrollar proyectos alfabetizadores dirigidos a niños y jóvenes. Para ello, Fundación Leer brinda capacitación en estrategias innovadoras, asistencia técnica, materiales y libros nuevos para enriquecer los ambientes alfabetizadores.Los Programas de Fundación Leer se implementan en escuelas, públicas y privadas, escuelas rurales, bibliotecas, hospitales, centros comunitarios, comedores, centros para niños con discapacidades, correccionales e instituciones recreativas. Historial de noticias