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Noticia Ampliada

  • 31/12/1969
  • Arbolito repleto de letras

Por Rocío Brescia, especialista de Fundación Leer, (www.leer.org).

La fantasía no es solo patrimonio de los niños. En realidad, todos
necesitamos de ilusiones en las que creer, para eso existe el cine, por
ejemplo y también la literatura. Lloramos, nos enojamos, nos sorprendemos
cada vez que estamos frente a una historia, como si fuera cierta, como si
hubiese pasado. Y a decir verdad, poco importa si pasó. Lo que importa es
mantener la magia, la ilusión, la posibilidad de soñar e imaginar otras
realidades. Lo que importa es hacer circular las historias, los relatos.
Las fiestas son escenarios ideales para recuperar la posibilidad de
contar, escuchar e imaginar. Porque nos reunimos, cerramos el año, nos
contamos, charlamos, porque estamos juntos. Las familias, los niños, los
jóvenes y los adultos alrededor de un mismo festejo.
Por ejemplo, el armado del arbolito genera entusiasmo en los chicos.
Es como una gran maqueta llena de brillo y color. Cada borla tiene una
historia. Podemos invitar a la familia entera a leer un cuento por cada
adorno en el árbol. Pueden ser navideños o algunos que nos hayan gustado que
queramos recuperar. También está la cocina, los preparativos de las
fiestas. La cocina suele ser un espacio de charla y de intimidad. Los chicos
quieren meterse entre las olla y hurgar, meter dedos y mezclar, de hecho
jugar a mezclar debe de ser una de los juegos más divertidos. Este es un
lindo espacio para contar historias, anécdotas de navidades pasadas,
historias de recetas. Pero también podemos invitar a los chicos a leer en
voz alta mientras los adultos cocinan. En fin, los momentos sobran.
Y si de relatos de Navidad hablamos, algo existe en el mundo de la
literatura infantil más allá de los límites de Charles Dickens y su famoso
cuento de navidad.
Por ejemplo, "El cuento de Navidad de Auggie Wren", texto de Paul
Auster e ilustraciones de Isol (Editorial Sudamericana). Esta es una
historia de otras historias, contadas y fotografiadas. De relatos que
enmarcan relatos y de un relato navideño que un amigo, Auggie Wren, contó al
genial escritor estadounidense, Paul Auster, y este escribió frente al
dilema de tener que escribir un cuento de Navidad.
También está la historia de una familia, Los Cardoso, que reciben la
visita de un Papá Noel muy especial, más casero, menos glamoroso pero con la
misma magia: "Papanuel" de Graciela Cabal (Editorial Sudamericana).
Por su parte, la escritora Sandra Comino satiriza la típica escena
de la foto con el Papá Noel en el medio del shopping y la insistencia de los
adultos, la mirada cómplice de los chicos, el absurdo de la nieve en pleno
verano: "Navidad blanca" de Sandra Comino (Comunicarte).
Y uno más para terminar. Un clásico que ya fue llevado al cine. Un
niño en la noche de Navidad es sorprendido por un extraño tren en la puerta
de su casa con un aún más extraño destino, el Polo Norte, la mismísima
residencia de Santa Claus. "El Expreso polar" de Chris Van Allsburg (Fondo
de Cultura Económica).
A leer en familia en estas fiestas, ¡que de relatos está hecho el
mundo!.

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