Por Matías Kelly, director ejecutivo de Ashoka Argentina (www.ashoka.org).

Ashoka (www.argentina.ashoka.org) la primera asociación mundial de emprendedores sociales organizó, con el apoyo de HSBC, un primer Conversatorio con invitados especiales para reflexionar sobre la empatía y la educación, bajo la consigna de “¿qué tipo de educación necesitamos?”.

Si el mundo antes era estático, rígido y repetitivo, cada vez es más dinámico, fluido, creativo y diverso. Esto significa que las habilidades que los niños necesitan para desarrollarse plenamente, son distintas a las que el sistema educativo hoy les está brindando. Frente a este enorme desafío global, Ashoka cree que es esencial poner el foco en la empatía como cualidad base para todo vínculo humano.
La empatía es la posibilidad de un sujeto de identificarse mental y afectivamente con el estado de ánimo de otro. Esta cualidad permite comprender las perspectivas ajenas y actuar en consecuencia de las mismas, trabajar en equipo y desarrollar iniciativa para los cambios que necesitamos.

¿Por qué empatía?
La primera invitada fue la filósofa social Josefina Dartiguelongue, que compartió su mirada sobre el impacto de la empatía y los vínculos en el desarrollo humano. “Nadie es solo, para ser se necesitan otros,” explicó Dartiguelongue, y señaló que “en la empatía, el otro es un espejo de lo que uno crea. Tenemos que preguntarnos ¿qué iras y qué amores he generado?”. Indicó que la empatía es el reconocimiento de la dignidad del otro, simplemente porque es, y que tanbien existe la empatía con uno mismo al aceptarse siendo.

“Asi como no hay dos amaneceres iguales, lo mismo sucede con las personas” explicó Dartiguelongue, y “esto hace que la empatía sea tan importante para poder relacionarnos y entendernos, sabiendo que tenemos que poder leer mas allá de lo dicho.” Aclaró que esto implica un esfuerzo extra, un “trabajo”, pero invitó a que se considere a dicha tarea como algo gozoso que nos vincula con otros.

Escuelas con cultura empática

La empatía se puede desarrollar en todos los aspectos de la vida humana, y especialmente se puede alentar desde la escuela. Esto nos permitirá cambiar la manera en la que aprendemos y también cómo nos relacionamos. Por eso el segundo invitado fue Ginés del Castillo, fundador de la escuela de la Nueva Cultura. Este es un proyecto educativo que desde hace 20 años invita a sus estudiantes a desplegar sus talentos y habilidades, y vivir con libertad y alegría su proceso educativo, siempre desde la empatía. Es una escuela de la provincia de Santa Fé rodeada de naturaleza, en la que los alumnos eligen a qué clase quieren ir y qué temas quieren aprender.

Para Ginés del Castillo la empatía está directamente relacionada con el autoconocimiento. “Solo con el autoconocimiento, puedo sentir lo que otro siente y comprender en uno mismo esa emoción". Hizo foco en el diálogo como mecanismo para profundizar el conocimiento de uno mismo, trabajando la formación del carácter y el aprendizaje emocional para poder reconocer en uno mismo lo que el otro siente. Finalmente, habló de la importancia de abandonar el refugio del ego e ir un paso mas allá hacia la compasión, el deseo natural del bien universal.

La tercera invitada, la emprendedora social de Ashoka Maria Ana Angeleri, contó su propia experiencia de aprendizaje sobre la empatía. Su organización, Fundación Educacional, busca concientizar y capacitar a niños en hábitos saludables. Explicó cómo sumó el recurso de la empatía en sus programas, focalizándose en la persona y no en la enfermedad, y contó como tuvo que salir de su “zona de confort” porque quería provocar un cambio, desde lo nutricional y con la educación como vehículo. Su conclusión: "Los chicos responden y aprenden con empatía, y ésta puede transformar al mundo".

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