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Noticia Ampliada

  • 31/12/1969
  • El valor de la actividad cultural en la tercera edad

Por Cecilia Millan, psicóloga institucional de Edificio Manantial, y Celia Paez, coordinadora del Area Social de Edificio Manantial (www.manantialghumano.com.ar).

Las actividades culturales y recreativas en los adultos mayores son tan importantes como la alimentación, el control médico, los cuidados básicos y todo lo inherente a esta etapa de la vida. La actividad cumple un rol esencial, pues no es lo mismo mantenerse ocupado que realizar una actividad recreativa o cultural.

La participación en actividades culturales promueve y mejora la calidad de vida en este periodo especial de las personas. Estimula desde lo sensitivo, permitiéndoles mantenerse activos a pesar de las limitaciones físicas que puedan tener. Además, fortalece y ayuda a promover la socialización, despierta intereses y conocimientos por cuestiones que previamente, por motivos personales, quizás no hayan podido desarrollar. Así también, les permite continuar desarrollando capacidades previamente adquiridas.

Ya no se considera a la vejez como una etapa de reclusión, pasividad ni decaimiento. El hecho de que se haya prolongado la vida y que conjuntamente la calidad de vida de los adultos mayores sea cada vez mejor y más productiva, principalmente por los avances médicos en prevención y tratamientos. Esto permite que no hablemos solo de “tercera edad”, sino que ya podemos mencionar la “cuarta edad” para quienes pasan los 80 años y continúan activos. Por eso, en las instituciones de vanguardia se trabaja con el concepto de envejecimiento activo y saludable, promovido por la Organización Mundial de la Salud.

Todos los adultos podrían participar en acciones culturales y recreativas. En ellas encuentran motivaciones para su cotidianidad y tienen un alto valor terapéutico, promoviendo la integración social y evitando el aislamiento. Actualmente, las instituciones más avanzadas cuentan con un equipo interdisciplinario para trabajar el día a día de cada residente, así pueden evaluarlos y designarles qué tipo de actividad le conviene más. Esto incluye protocolos de evaluación neurocognitiva, interconsultas con la familia y los médicos tratantes.

Por eso es importante que la oferta sea variada, y puede estar integrada por talleres de artesanías, pintura, escultura, teatro, grupos de reflexión, talleres literarios, yoga, ciclos de cine, salidas culturales a museos, teatros y exposiciones. También se organizan festejos de cumpleaños con los familiares y fiestas religiosas, considerando las tradiciones de cada culto.

En muchos casos las personas comienzan a hacer actividades que siempre han querido realizar pero que no han podido a lo largo de sus vidas por tener otras prioridades. Así, muchos empiezan un taller de pintura. En otros casos continúan haciendo lo que siempre han hecho, como ir al teatro o al cine; con todo lo que lleva esta acción, desde vestirse para la ocasión hasta el posterior debate.

En general, las actividades están organizadas por profesionales: psicólogas, terapistas ocupacionales, musicoterapeutas, arteterapeutas, profesor de teatro y otros. También, muchas veces las familias traen espontáneamente propuestas de actividades, como un show musical o algún espectáculo.

Acciones concretas

Las actividades propuestas en una institución ofrecen inserción social, pertenencia, apoyo e identidad. Además, muchas veces los lleva a indagar en áreas postergadas o desconocidas, posibilitando descubrir o redescubrir potenciales, además de generarse lugares de intercambio.

Como se dijo, las actividades deberían ser elegidas según su historia y necesidades. Es por eso que las físicas (caminatas, yoga, expresión corporal y gimnasia) ocupan un lugar preponderante ya que están relacionadas con la vitalidad, el hacer y la independencia.

Por otra parte, las actividades sociales, encuentros, festejos y espacios recreativos, así como el intercambio intergeneracional propician el compartir sus conocimientos y capacidades con sus pares y su familia, además de permitirles sentir y disfrutar para luego apreciar estos momentos.

Muchas veces, los adultos mayores son quienes convocan al abordaje de ciertas temáticas y es de suma importancia poder ayudarlos a que lo concreten, ya que es lo que le da sentido a la actividad y está vinculada con sus motivaciones y sus intereses.

Por último los lugares para las salidas grupales (museos, cines y más) muchas veces no están preparados ediliciamente, entonces los adultos mayores deben sortear barreras arquitectónicas, padeciendo displacer, temor, inseguridad.

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