Por Graciela Tarrab, socia de Creadores de Ambientes (creadoresdeambientes.com)

En toda decoración los detalles pueden sumar o restar si están mal empleados. Así, los cuadros, una lámpara, los almohadones, cambiar un tapizado o un portarretratos puede cambiar el ambiente en general. ¿Cómo aprovechar este recurso? Lo ideal es tener en claro el objetivo y el estilo que se le quiere dar al lugar, de lo contrario se puede caer en excesos que no serán agradables.

Cada vez que se cambia algo de un ambiente, no solo se incorpora una modificación visual, también hay una renovación de las texturas. Por ejemplo, cuando se coloca un tapizado nuevo se incluyen también formas novedosas, colores, sensaciones. Por eso se debe tener en mente el conjunto de elementos, para que todos armonicen entre ellos.

Al momento de elegir un adorno o accesorio conviene siempre estar asesorado de antemano por algún diseñador o decorador para no equivocarse en su elección. Del mismo modo, hay que ver cuidadosamente el lugar en el que se lo colocará ya que es importante ver cómo dialoga con los demás elementos de la decoración y con el espacio en sí.

Muchas veces, los accesorios que más suman son aquellos que aportan originalidad, ya sea por ser artesanales o por haber sido adquiridos en viajes a distintas regiones. Estos son llamativos pues no cumplen solo una función decorativa sino que también cuentan la historia de la familia, sus intereses y más.

Por último, hoy se utilizan distintos materiales para dar personalidad a los muros. Se los pueden pintar o poner adhesivos vinílicos que transmiten mensajes o recrean distintos escenarios. Un recurso muy utilizado en los cuartos de niños en los que la imaginación invade cada rincón.

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