Por Marcos Valenzuela, Presidente de Espacio Valenzuela, www.espaciovalenzuela.com.

Puede ser mullido o más rígido; tener uno, dos o tres cuerpos; acaparar todo el ancho de una pared o dar personalidad a un rincón, y hasta es posible que traiga al presente un estilo antiguo o deje ver las modernas tendencias. Un sillón encierra en sí muchas opciones e incluso acciones.


No es lo mismo elegir uno para recibir a un cliente o uno que sirva para relajarnos luego de una larga jornada. Incluso, la decoración del lugar también aportará datos que nos guíen para elegir el indicado. Por todo esto, escoger un asiento adecuado es una tarea que requiere tener los sentidos alerta.


El primer paso es definir para qué queremos el sillón, si será para un living, una oficina, si irá contra un muro o en medio de la sala. Por supuesto, el tamaño dependerá del lugar disponible. Luego, hay que ver en qué contexto se lucirá. En este sentido pues puede ir en concordancia con la decoración o ser una pieza de contraste, una tendencia que actualmente está reinando. Con estos datos ya es posible ir definiendo detalles como el tipo de tapizado, el estilo del mueble, el color y más.


Aunque hasta hace poco se creía que un sillón de estilo no podía ir en un ambiente moderno, la vanguardia en materia de diseño interior ha comenzado a derribar este mito. ¿Cómo unir ambas corrientes? Se puede, por ejemplo, patinar la estructura del asiento para darle una terminación más liviana o utilizar un género llamativo y contemporáneo.


En cuanto a la comodidad, eso dependerá de la función que tenga el sillón. Los mullidos son ideales para sentarse y recostarse, para mirar una película y descansar. Por otro lado, los más firmes y planos son óptimos para charlas de café, para una lectura en una buena posición corporal y hasta para reuniones de trabajo.


Quienes disfrutan de un buen libro junto a la ventana pueden optar por un sillón antiguo, pues suelen ser más duros y profundos, obligando a mantener la espalda de manera correcta. Un detalle a observar, es que al estar sentados por largo rato la cadera debe quedar a la altura de las rodillas y los pies deben quedar en posición de relajación sobre el piso.


El último punto a tener en cuenta es el presupuesto. Si se posee poco dinero disponible, el mercado ofrece unas muy buenas ofertas de usados que con un poco de creatividad y trabajo pueden ser reciclados logrando maravillosos resultados. La ventaja de esta última opción es que lograremos una pieza totalmente personalizada.


Finalmente, todo sillón puede ser acompañado por accesorios que realcen su belleza. Así, encontrarás que un mueble puede cambiar totalmente el aspecto de un ambiente.

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