Por Liliana Mestanza, Design Team, Fontenla, www.fontenla-furniture.com.

La iluminación no es un elemento más en la decoración, es uno de los principales actores a la hora de crear atmósferas, resaltar un detalle, ocultarlo o simplemente dar bienestar para desarrollar tareas cotidianas. Por eso, la manera de distribuir la luz, qué tipo de fuente utilizar, cómo reflectarla y dejar entrar al sol son factores claves en una casa o lugar de trabajo. Por eso les ofrecemos un análisis minucioso de cada ambiente y sus rincones.

Comedor o sala
En este salón lo ideal son múltiples fuentes para ir creando distintos ambientes de acuerdo a las actividades que se desarrollen.
Esto también implica tener los suficientes controles para lograr los efectos deseados.
En el comedor y la sala se necesita mucha luz, es la mayor de la casa pues se desarrollan distintas funciones y pasamos allí gran parte del tiempo. Por eso es necesario tener luces en el techo y también baja para tener detalles puntuales y que se complementen.
En el espacio donde se coloca la mesa las lámparas deben ser regulables del techo. Esto permite ver con claridad la comida sin saturar el ambiente. También hay que mirar que la lámpara central deslumbre. Esto se logra con una altura que la separe 2.4 pies de la mesa.
Hay que tener cuidado con las luces pegadas al techo pues pueden encandilar con reflejos a los comensales.

Living
Este espacio es logrado cuando brinda calidez e invita a quedarse.
Esto se consigue con diferentes puntos de luz a través de lámparas de pie que brinda una iluminación general.
En este ambiente el televisor es un punto importante a considerar, pues deben rodearlo luces tenues para suavizar los contrastes entre luz y sombra y así no atosigar la visión.

Rincón de lectura
Aquí es importante considerar que la vista será el sentido más usado, y es justamente el que se puede ayudar con la luz adecuada. Por eso hay que apelar a luces que no den reflejos y cuya intensidad sea ajustable a la necesidad de cada lector.

Según los colores
Los tonos también ayudan a definir una ambientación y a reflejar o bajar la intensidad de la luz.
Así, en los salones que tienen las paredes claras es más fácil iluminar pues habrá más luz y será un buen lugar para desarrollar múltiples actividades en un ambiente cálido.
Por el contrario, si los muros son oscuros se favorecerá la intimidad y será necesaria más luz intensa y de múltiples fuentes.

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