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Noticia Ampliada

  • 17/01/2025
  • Las empresas en carrera verde: ISO 14000

Por Natalia Gitelman, Directora DatosClaros, (www.datosclaros.com).

A pesar de ser una normalización reciente en el mundo, la ISO 14000 se ha convertido en una de las más importantes debido al impulso que le han dado los países europeos encabezados por Gran Bretaña y los asiáticos con Japón al frente.
Es que el aspecto ambiental cobra cada día más importancia y la carrera para que las empresas no le hagan daño a la naturaleza se hace cada vez más vertiginosa.
Sin embargo, aunque los empresarios han empezado a reaccionar integrando el factor medioambiental dentro de un sistema de gestión empresarial, aún son pocos los que certificaron las normas de administración ambiental que estandarizan procesos para proteger al medio ambiente.

Con el fin de relevar la posición empresaria respecto de la norma ISO 14000, se llevó a cabo recientemente un estudio cuantitativo online encuestando a 134 ejecutivos de empresas medianas y grandes, activas en nuestro país.
La ISO 14000 es un grupo de normas que se refieren a la gestión ambiental aplicada a la empresa, cuyo objetivo consiste en la estandarización de formas de producir y de prestar servicios que protejan al medio ambiente.
Distintos ejecutivos y gerentes de Relaciones Institucionales y/o Gestión de Calidad con conocimiento de las gestiones sobre cuidado ambiental que se lleva adelante en la empresa donde trabajan, fueron seleccionados por la consultora DatosClaros que estuvo a cargo de la encuesta.

Los resultados llamaron la atención. En primer lugar, los empresarios argentinos destacan la importancia de la decisión empresarial respecto al factor ambiental, y consideran que todas las áreas de la compañía debieran estar comprometidas en las acciones que se llevan a cabo. Sin embargo, la posibilidad de que las empresas establezcan gestiones de protección del medio ambiente está sujeta a una decisión empresarial impulsada desde los altos mandos de la compañía.
Esta decisión se impulsa a partir de la convicción personal de los directivos (33%) y/o a partir de un mandato corporativo (29%). La presión de la preferencia de los clientes ocupó el tercer lugar (sólo recibió un 19% de las referencias como factor que promueve el activar medidas para el cuidado del medio ambiente), mientras que la atención mediática sobre el tema quedó relegada al cuarto puesto, con el 10% de las menciones.

Este estudio refleja sin duda, que el proceso de certificación no es concebido como una prioridad en la gestión empresaria.
Del total de empresarios consultados, sólo el 30% asegura que su empresa ha implementado la certificación ISO 14000.
Teniendo en cuenta que se trata de una norma reciente, en efecto, el 31% de las empresas que sí certificaron la ISO 14.000 indica que ésta se produjo entre el año 2000 y el año 2005, en tanto que un 26% señala que fue con posterioridad a 2005. Asimismo, existe un 26% que afirma que la certificación está en trámite. Esta situación permite contemplar que se trata de un proceso que recién está ingresando en nuestro país, por lo que su impacto se debería visualizar en unos años.

Entre las empresas que no implementaron la certificación, sólo el 24% sostiene que está planificando hacerlo. Este bajo porcentaje se explica, entre otras cosas, a partir de sopesar que la actividad de la compañía no perjudica el medio ambiente. En segundo lugar se considera a la falta de recursos económicos para implementar la norma.
Para las empresas certificadas, la mejora del comportamiento ambiental y el desarrollo de una mayor responsabilidad frente a consumidores y agencias gubernamentales son los beneficios más destacados. Este dato resulta significativo debido a que manifiesta la imposibilidad de ver aún el proceso como generador de nuevas oportunidades de beneficio económico o de desarrollo de un know how tecnológico. Esto podría indicar nuevamente la falta de concientización integral, pero también lo prematuro de la temática en la agenda de las empresas.

Frente a la inquietud de muchos empresarios acerca de qué se puede ganar logrando esta certificación, sólo por mencionar algunos beneficios, se diría: ventaja competitiva, mejor posicionamiento, acceso a nuevos mercados, actitud proactiva con el medioambiente y con la comunidad, disminución de costos de fiscalización, reducción de gasto operacional, disminución de la presión sobre recursos naturales.
Si se piensa a más largo plazo quizás el beneficio más importante a nivel empresarial será el de seguir existiendo en el mercado junto con haber ganado la apuesta de que el desarrollo sustentable sí es posible, con todo lo que ello significa.

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