En respuesta a la gran cantidad de postulantes, hemos decidido abrir, en el año 2012, una tercera división de 1º año.

De esta manera, la Escuela Secundaria continúa su crecimiento, incorporando cada vez más alumnos, de más variadas escuelas.

La entidad ofrece a nuestros alumnos un programa de estudios de elevado nivel académico. Imparte una sólida educación que desarrolla el pensamiento científico, la adquisición de valores y el crecimiento de la autonomía personal. Forma a sus estudiantes en la complejidad de las actuales condiciones históricas, sociales, culturales, políticas y económicas, cuya articulación con las nuevas tecnologías proveen las bases para el aprendizaje continuo.

En el Buber, los estudiantes aprenden a interrogarse, a pensar con otros. Desarrollan pensamiento crítico. Conquistan el saber a través de investigaciones y experiencias, y de un esfuerzo personal que les permite adquirir estrategias de estudio útiles para toda la vida.
La riqueza de la escuela está en las aulas. Por eso genera espacios de formación permanente de sus docentes para el crecimiento profesional y la reflexión. Docentes tutores trabajan, en cada año, la convivencia escolar, el crecimiento de los adolescentes, el cuidado de la salud, la inserción de los jóvenes en la sociedad.

La Escuela Martín Buber (www.buber.esc.edu.ar) nace en marzo 1968 con la apertura de su área primaria, aunque sus orígenes fueron imaginados desde en 1962 con la fundación de Bet-Am Palermo, Asociación sin fines de lucro y apolítica, y el Jardín de Infantes nacido en 1963. En 1989 se abre la escuela secundaria. En 1999 inaugura un nuevo espacio en el que desarrollan sus actividades los grupos de 18 meses, 2 y 3 años.
Hoy cuenta con una población de 1000 alumnos. Se trata de un proyecto de escuela judía pluralista, democrática, con fuertes raíces en Argentina y comprometida con el Estado de Israel. Asume el judaísmo desde sus valores humanistas y su legado cultural y se encuentra asociada al respeto por las formas singulares en las que cada uno construye y vive su identidad judía. Basa su tarea pedagógica en el principio de que el sujeto que aprende es activo en la construcción del conocimiento. Que no aprende solo sino en grupo, interactuando y confrontando sus ideas con los demás.

 

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