Noticia Ampliada
- 24/11/2024
- La novela gráfica cómo literatura
Por Fito Reyna, Director de Larp Editores (www.larpeditores.com).
Los verdaderos lectores gustan de leer. Su ansiedad ante el texto es tanta que no importa el formato en el que venga, sino la calidad de lo que dice. Así, muchos descubrieron las historietas, algunas con un profundo grado de complejidad como el manga novela gráfica japonesa.La Argentina, en los años 60 y 70, era pionera de la industria de historieta y novelas gráficas. La editorial Columbia, a principios de los 70, era más grande que Marvel, publicaba la famosa Magnum.
También, con el Eternauta, el país marcó un hito mundial. Pero en las siguientes dos décadas todo eso se fue abajo. Los artistas y guionistas, que podrían haber llegado a hacer algo, se fueron al exterior.
Esto marcó el principio del desprestigio de la historieta, y la tira cómica ganó terreno. Se perdió eso que estaba, que era real.
Hoy tenemos el desafío de reinstalar un género que se ha perdido, y
eso nos lleva inexorablemente a preguntarnos cómo lo podemos hacer.
Para reinstalar aquel valor, primero hay que elevar la expectativa de los lectores. Que ellos y los artistas empiecen a darle validez a las novelas gráficas. ¿Cómo hacer para contagiar este entusiasmo a la gente? Para empezar, haciéndolo más real, y para eso hay que hacerlo masivo. Si está en la boca de todos, se transforma en algo real, deja de estar marginado. En el mundo hay ejemplos de novelas que superaron el formato, como Naruto, que se da en televisión y hasta tiene merchandising.
La novela gráfica es un punto intermedio entre una novela y lo que
sería una película. Es un medio de expresión más. El cómic
norteamericano, específicamente el género de superhéroes, es un género completamente aparte. Es más el superhéroe formado con todas sus cualidades.
En manga, sus protagonistas son personas comunes que tienen una habilidad en particular; Al ser así, mucha gente se siente identificada con los personajes, al punto de querer llegar a hacer cosplay juego de disfraces- y asumir un estilo de vida referido al animé y al manga. Hay gente en Japón que se ha querido casar con sus personajes favoritos. Hasta han levantado propuestas para que les certifiquen el matrimonio.
Ver a las historietas como algo infantil es hoy una excusa muy débil, ya que hay novelas para adultos que son tanto o más infantiles que cualquiera de estas cosas. Hay mucho desconocimiento y tiene que ver con el prejuicio. En los Estados Unidos el cómic lo sigue muchísima gente adulta y ahí se ve una contradicción, porque también son dibujos, pero sin embargo no se lo relaciona con el público infantil.
Un caso que sería éxito si cambiara de formato es Monster, un thriller hecho y derecho. Trata sobre un neurocirujano en Alemania que le salva la vida a un niño en contra de las órdenes de sus superiores, ya que lo hace en lugar de salvar a un político. Lo despiden, su prometida lo deja y, a los pocos días, todos los directores del hospital aparecen muertos. El nene que salvó y la hermana, desaparecen. Diez años después empieza a haber una seguidilla de asesinatos, y vuelve un joven que dice ser el chico que él salvó. ¿No es atrapante?
Hay que bajar los estereotipos. En Japón no existe esta noción de: lo dibujado es para chicos. Existen mangas para chicos de 5 años, y para personas de 30 y más. Hay grandes artistas, tanto del dibujo japonés como de los guionistas. El arte de un disco de Eric Clapton (de la década del 90) lo hizo un dibujante japonés. Muchos números de Sandman (una novela gráfica europea muy premiada) poseen dibujos de Yoshitaka Amano, artista japonés.
Hoy hay suficientes razones para dejar caer los mitos y prejuicios, porque perderse la riqueza de una novela gráfica ya no tiene razón de ser. Historial de noticias