Por Marcos Valenzuela, creador de Espacio Valenzuela (www.espaciovalenzuela.com).

Un mueble diseñado a medidas tiene numerosas ventajas, desde la posibilidad de que nos refleje como usuarios hasta la calidad de los materiales y terminaciones. Pero, una de las mayores ganancias es el aprovechamiento del espacio.

Muchos locales, por cuestión de costos, venden muebles de medidas estándar y esto perjudica la disposición de las piezas en la habitación. Un diseño a medida se adapta a la perfección al espacio y, además, posee una estética personalizada.

Pese a estas ventajas, muchas personas dudan a la hora de encargar un mueble, pues quedan presas del mito del precio excesivo. Esto no sucede en nuestro mercado, donde son más caros pero nunca a niveles inalcanzables (además, la mayor parte de los diseñadores dan facilidades de pago) como en los Estados Unidos donde hay una diferencia diez veces mayor por los diseños customizados. Siempre es mejor una pieza a medida, no hay posibilidad de que quede mal, que no entre o que no quepa en el ascensor, por ejemplo. Además, al elegir los materiales desde el inicio cada detalle tendrá la personalidad de su dueño.

Hay un poco de desprestigio de la tarea del diseñador, pues el trabajo de diseño no se cobra, sólo los materiales y la fabricación. Sin embargo, en la tarea del profesional se gana en la practicidad del mueble, en detalles como que tenga las cualidades para entrar por la puerta de la casa, que se amalgame al resto de la decoración o que sea una pieza que busque un protagonismo a propósito y más.

Por todo esto es fundamental la guía del diseñador, que deberá tener una charla previa con su cliente para conocer sus gustos, dónde irá el mueble, cómo es la casa, qué tipo de decoración tiene, qué busca de la pieza, cuánto y cómo la usarán. Para reconocer a un profesional idóneo hay que prestar atención a esta entrevista, reconocer las preguntas.

Luego, en el proceso de fabricación, siempre es bueno ver un primer dibujo y una vez que se está conforme, ver el render con la pieza aplicada en la casa para que nos demos una real dimensión del papel que jugará el mueble en la habitación.

Por último, un mueble a medida puede contener todo lo que necesitemos y con los materiales que queramos. Todo se puede hacer, solo es cuestión de buena voluntad.
 

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